martes, 3 de septiembre de 2013

La crisis de Gibraltar

Lo verdaderamente importante presenta: Gibraltar, ¿cuestión de patriotismo?

En los últimos tiempos, Gibraltar ha vuelto a pasar a un primer plano en la actualidad de nuestro país y, aunque a todos nos duela decirlo, no es por haber sido incorporada al estado español, sino porque su máximo dirigente, el ministro Picardo, ha vuelto a tener unas más que inoportunas declaraciones en las que se metía con el gobierno español y con el británico por haber dejado a Gibraltar en un segundo plano en la batalla que han mantenido ambos países este verano. Como sabrán, esa batalla fue debida a la conversación que mantuvieron el dirigente del gobierno español, Mariano Rajoy, con su homólogo inglés, David Cameron; en la cual nuestro representante le cantaba "las cuarenta" a su "colega" inglés sobre los problemas que la guardia costera británica de Gibraltar ha causado a los pescadores de la Línea de la Concepción (Cádiz) cuando estos intentaban faenar en aguas territoriales españolas. Desde hace unos meses, Gibraltar se ha dedicado a tirar bloques de hormigón al mar Mediterráneo, hecho que ha puesto en pie de guerra a los pescadores y al gobierno español, ya que merma la calidad de los recursos pesqueros de la zona; a esto hay que incluir, además, que la Royal Navy inglesa no deja faenar a los españoles en las proximidades del peñón, por lo que los pescadores se ven obligados a faenar en otras aguas más pobres o, incluso, a no salir al mar porque las pérdidas superarían a los ingresos. 
En estos momentos, la relación Gran Bretaña-España está pasando por sus peores momentos y, por lo visto recientemente, parece que no va a mejorar en un corto o medio plazo y todo apunta a que la guerra por la ocupación de Gibraltar va a durar todavía bastante. Y yo afirmo que, mientras estos dos "gigantes europeos" se siguen peleando y la policía gibraltareña siga perjudicando la faena de los pescadores españoles, la actividad pesquera gaditana (una de las más importantes del país) seguirá incurriendo en pérdidas y pasándolas canutas para subsistir en una época en la que la economía, sin ninguna clase de contienda, ya está muy maltrecha como para que estos dos países se pongan a discutir por nimiedades. Esto me lleva a plantear algunas preguntas: por un lado, ¿verdaderamente Gran Bretaña y España están preocupándose por los intereses de sus ciudadanos con esta guerra dialéctica o al contrario están perjudicando a sus paisanos? y por el otro, ¿cuánto más va a poder aguantar la industria pesquera de Cádiz hasta que termine por quebrar, antes de que España se preocupe por ella e intente solucionar las cosas de otro modo? Sin lugar a dudas, esta batalla campal no beneficia a nadie y espero, por el bien de todos, que, tanto España como Gran Bretaña, resuelvan pronto sus diferencias y demuestren que, al contrario de lo que pensamos todos, se preocupan por Gibraltar y por Cádiz y no por sus propios intereses.

CHRISTIAN A.A.S.