sábado, 31 de octubre de 2015

La humanización del Periodismo

Lo verdaderamente importante presenta: Gervasio Sánchez, un ejemplo del buen periodismo y de la ética profesional

Hay oportunidades en la vida que no se deben dejar pasar. Una de ellas es la posibilidad de instruirte y de recibir más que conocimientos teóricos de aquellas personas que son hitos en la profesión a la que te dedicas o te quieres dedicar. Ayer tuve la inmensa suerte de poder escuchar a un periodista que no conocía mucho antes, pero que me ha inundado de pasión, como él lo llamaba, por esta profesión. Me refiero a Gervasio Sánchez, quizá uno de los mejores periodistas de guerra de todo el continente. 

 Gervasio Sánchez. Fuente: Twitter oficial

Gervasio fue uno de los ponentes del curso Periodismo Social que ofrece la Escuela  de Periodismo y Comunicación de Unidad Editorial. Bajo el título "La guerra no es un espectáculo", el veterano corresponsal, aunque a él no le gusta que le llamen de esta forma, nos transmitió un torrente de sentimientos, de emociones, de verdad, que pocos fueron capaces de soportar sin dejar caer alguna lágrima. Que la vida es dura lo sabíamos todos; aún así, encuentros como este, que sacan a relucir muchas cosas que son obviadas o escondidas por los principales medios de comunicación y los gobiernos occidentales, nos siguen asombrando, entristeciendo y enfureciendo. 

La franqueza con la que habló, en todo momento, el ponente me sorprendió para bien. Sabía que ya no eramos niños, que se nos exige un nivel de madurez por nuestra edad y nuestra experiencia, y así nos lo demostró. El uso de vocablos mal sonantes, que muchos esconden porque son demasiado "finolis" para soltarlos por sus delicadas bocas, la cercanía con la que nos trató en todo momento, su sinceridad desbordante... hizo que nadie posara su mirada en otro lugar que no fuera el periodista o su presentación fotográfica. 


Lo que quedó claro es que, para Gervasio, el periodismo es una pasión. Una pasión que imprimió durante las más de dos horas y media que duró su intervención. Con esta idea empezó cuando afirmó que "el periodismo es una pasión que empieza en la cuna y termina en la tumba", y con la misma idea terminó: "Creo con pasión en esta profesión". A partir de esta idea, expuso un proceso de humanización del Periodismo que difícilmente pasó inadvertido entre los asistentes, y justo en uno de los mausoleos de la prensa escrita en España, como es la sede del grupo Unidad Editorial. 

Como periodista de guerra, Sánchez ha sido partícipe de algunos de los momentos más atroces de los conflictos internacionales de las últimas tres décadas, desde las revoluciones en Latinoamérica a finales de los 80 hasta la actual revolución en Oriente Próximo. Desde la experiencia, su voz resuena con autoridad moral, además de profesional: "La guerra provoca historias inconclusas", manifestó. Inconclusas en el sentido de que, ni asesinados ni desaparecidos, podrán completar sus planes vitales, sus objetivos, sus metas. "El auténtico drama de la guerra no son las muertes", quiso dejar claro. Por ello, nos instó a mostrar ese problema sin que se vea el charco de sangre: la guerra es todo lo que ocurre, por lo que "la imagen también manipula una realidad". 

Gervasio comentó que las guerras nunca acaban "cuando lo dicen los políticos de turno, sino cuando se superan las consecuencias". Las consecuencias que, como ha pasado en Bosnia, pueden durar décadas. En cierto sentido, la Guerra Civil española, que el próximo año cumple su setenta aniversario, sigue teniendo consecuencias en la actualidad: personas que todavía no han podido velar a sus parientes porque no se han encontrado sus cuerpos. Es por esto que "encontrar a los tuyos, aunque sea 28 años después, permite cerrar los duelos", según asegura el periodista. 


Una de sus sentencias más polémicas fue la siguiente: "La objetividad no existe, es una farsa". Promueve la rigurosidad como sustituta, una rigurosidad que consiste en dejar de sacar una fotografía en el momento adecuado porque "si disparas mucho y piensas poco, te va a salir más caro". Este es un trabajo que, según afirma Gervasio Sánchez, pocas veces tiene consecuencias positivas, pero las tiene: "Hay que querer lo que estás haciendo". 

¿Y qué pueden hacer los profesionales del periodismo ante esto? Gervasio lo tiene claro: trabajar con decencia. "Sentir el impacto del dolor de las víctimas es lo que hace que montes una historia con decencia", exclamó antes de añadir que  "aunque seas periodista, no tienes derecho, jamás, de comportarte indecentemente con las víctimas". Es más, prosiguió, aunque te den permiso, tienes que comportarte con ellos como querrías que se comportaran contigo. 

Para concluir nos dejó una reflexión completamente descorazonadora: "Los periodistas fuimos incapaces de parar la guerra de Bosnia. ¿De qué sirve nuestro trabajo, entonces? La guerra se acabó por puro cansancio, no por nuestra labor". Que cada cual busque sus respuestas, nos dijo. 

Solo me queda agradecer a este hombre su entrega, su labor periodística, su cercanía y amplitud de conocimientos. Gracias por hacernos sentir más periodistas que nunca antes y por darnos el impulso necesario para seguir trabajando en este antojo que se llama periodismo. 
Christian A.A.S.
@ChrisAfonSan