Lo verdaderamente importante presenta: el Consejo de Seguridad de la ONU, ¿reconocimiento no merecido?
La pasada semana tuvo lugar la reunión anual de la Asamblea General de las Naciones Unidas en la que, entre otras cosas, volvió a salir a la palestra la negativa de muchos países al Consejo de Seguridad de la ONU, uno de los organismos más importantes y polémicos de la institución internacional. En el día de hoy, me propongo desvelar los entresijos de este Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Una de las intervenciones más destacadas de esta reunión anual de la Asamblea General de las Naciones Unidas fue la del recién nombrado Monarca de España, Felipe VI, que instó a los países miembros a que votaran a nuestro país como miembro temporal del Consejo de Seguridad. Si mandamos al Rey a que intentara persuadir a la comunidad internacional de esto será porque la presencia de España en el Consejo será muy beneficiosa, ¿no? Muchos no conocen la labor del Consejo de Seguridad de la ONU, que no es otra que la consecución de la paz en el mundo llegando a poder adoptar medidas contra el país que la amenace. ¿Cómo? Sencillo, mediante resoluciones debatidas en la Asamblea General (formada por u representante de cada nación miembro) que son propuestas al Consejo para su afirmación o negación. Entremos un poco más en el tema: el Consejo de Seguridad está formado por 15 estados, de los cuales 5 son permanentes (los vencedores de la II Guerra Mundial: Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos, la Federación Rusa y China) y 10 temporales (cambian de 5 en 5 cada dos años). Es decir, un conjunto de 15 estados (10 de ellos cambiantes) deciden si aceptar o rechazar la propuesta de los más de 200 países que conforman la ONU. Manda tela.
Uno de los aspectos que más critica la comunidad internacional sobre el Consejo de Seguridad no es que sea limitado, sino que, además de esto, los cinco miembros permanentes tienen el derecho a vetar cualquier resolución que no les interese o agrade. Requetequemanda tela. Es decir, uno de los cinco países permanentes puede llegar un día y plantarse ante la resolución que sus otros 14 "compañeros de clase" han aprobado: si uno de estos cinco dice "no", campana y se acabó. Y esto ha sucedido con demasiada frecuencia (gracias al cielo desde el final de la guerra fría, ha caído considerablemente el número de vetos en el Consejo de Seguridad) en los escasos 70 años de vida de la organización, unas 200 veces.
Pero ya hay muchos países, como dije antes, que se están plantando ante este abuso de poder. El último en sumarse a la lista de los críticos de este sistema ha sido el presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís. Lo malo, es que no son muchos los que tienen la valentía de enfrentarse a lo establecido, y menos si lo establecido tiene nombres como Barack Obama, Vladimir Putin o Xi Jinping.
Desgraciadamente, los poderes y los derechos que se consiguen son muy difíciles de ceder; no podemos creer tan inocentemente que estos cinco países vayan a renunciar a sus privilegios con facilidad. Aunque dos de ellos ya han afirmado que no les importaría (Francia y Gran Bretaña), todavía quedan tres que no dan su brazo a torcer (curiosamente, los que más han vetado resoluciones en la historia del Consejo de Seguridad). Iniciativas como la del presidente de Costa Rica no pueden quedarse en simples palabras o en meros recuerdos. Es el momento de que la comunidad internacional en su conjunto se plante ante las injusticias que desde la propia Organización de las Naciones Unidas (que nace para defender la paz, la solidaridad y la igualdad entre naciones) se genere desigualdades entre los países. Hay que tener en cuenta que los cinco miembros permanentes lo son por haber ganado una guerra de hace más de 60 años. El mundo, señores, ha cambiado mucho desde entonces.
Christian A.A.S.