sábado, 6 de diciembre de 2014

El Periodismo

'Lo verdaderamente importante', gran nombre para un blog. Y más si se centra en los temas de actualidad. El artífice de esta idea, mi buen amigo Christian Afonso, escribe con criterio. No se le pasa absolutamente nada: política, deportes o lo que caiga. Tengo la suerte de conocer a grandes personas que quieren hacer algo bueno por esta sociedad y por este país. Todos sabemos cómo nos va, no hace falta decirlo. Cada día se ven cosas peores por la tele y uno se dice a sí mismo 'cómo está el mundo'. Hace unas semanas estuve leyendo este blog. Tiene buena prosa, se lee con facilidad, trata temas actuales y de relevancia y, encima, lo escribe un joven. Bueno, yo también soy joven, de momento. Pero, qué rabia... Se dice siempre la misma cantinela: 'los jóvenes solo van a lo suyo y no se preocupan por nada'. No es cierto. 'Lo verdaderamente importante', el blog de mi amigo Christian, rompe ese esquema, y su autor también. Afonso es uno de esos jóvenes 'distintos', no hay más que verle. Los jóvenes de hoy en día, los 'guays' o, más bien, los que se creen guays, se centran en otras cosas, no en un blog de actualidad. Cuando he dicho antes que mi amigo es uno de esos jóvenes 'distintos', lo he dicho con orgullo y alegría, porque ya no se ven tipos como él. Y qué gusto da conocer a alguien así. Chris es un gran 'hombre' y una gran persona; en sus ojos brilla la ilusión por el periodismo. Yo creo que algún día, ojalá dentro de poco tiempo, será uno de los grandes, un periodista de los que ya no quedan, de los que batallan por descubrir la verdad. Felicidades, Chris, por este blog y por cómo escribes. Sigue así, compañero.

Tras la introducción, vamos al lío. A partir de hoy comienza mi contribución en este blog. Debo darle las gracias a Christian Afonso por ello. Espero no haber parecido un 'lameculos' en la primera parte de este escrito, pero necesitaba decirlo. Llevo varios días pensado en qué podía escribir para el blog de mi amigo. Al final, solo me vino una cosa a la cabeza: el periodismo. Y es que este blog se llama 'Lo verdaderamente importante', y para mí eso es el periodismo.
Si tuviera que definir periodismo con un sinónimo utilizaría el siguiente: contrapoder. Pero también lo relacionaría con la palabra 'sociedad'. El periodismo es un oficio noble e importante, pero también duro, muy duro. Es el trabajo más importante para la democracia, pues sin él esta no existiría y en su lugar se impondría la tiranía. Tristemente, el periodismo no vive, ni de lejos, sus mejores años. El periodista prototipo 'Sálvame' reina en los medios de comunicación (televisión, radio y prensa). Permítame el lector que sea un poco más duro. Cuando hablo del periodista 'Sálvame' me refiero al periodista 'basura'. Es triste, porque yo, como estudiante de periodismo, veo y escucho cosas que a veces duelen, pero que uno debe aguantar. Uno escucha comentarios negativos sobre el periodismo, comentarios de profesores de la carrera. Recojo algunos: ''Son comunicadores, si no saben comunicar dejen esta carrera'' o ''Debéis ser periodistas objetivos, sino acabarán siendo unos mierdas''. Este tipo de comentarios, que no son de los más 'terribles' que han llegado a mis oídos, son los que van calando en el joven estudiante de periodismo y quebrando la ilusión por el periodismo. Y todo por culpa de unos supuestos periodistas que en los últimos años se han cargado esta digna profesión. Algunos desilusionadores, como los llamaría Iker Jiménez, solo pretender romper la ilusión de los demás, sobre todo la de los jóvenes. Y es que hay mucho 'cuervo' en el mundo académico del periodismo, pero no queda otra que luchar contra ellos utilizando como principal arma el entusiasmo. Esos desilusionadores, según Iker Jiménez, ''son personas que siempre te dicen que todo está muy mal, que tu rumbo al entusiasmo no vale para nada''. Hay que creer en lo que uno hace y no tirar la toalla a la primera de cambio. Aunque el periodismo pase por un mal momento, es un oficio honorable, digno y necesario para la sociedad. El periodismo lucha contra la opresión y tiene la función de transformar (mejorar) la sociedad. La meta no es obsesionarte con ser un buen periodista, la meta es adquirir experiencia para ser un buen periodista, y eso se aprende con el paso del tiempo. Los desilusionadores pueden guardar el hacha de guerra, porque la ilusión de los jóvenes periodistas va más allá de cualquier barrera; sobre todo, la de aquellos que realmente sienten en su piel el espíritu del periodismo.




Quiero terminar mencionando a un gran periodista: Ryszard Kapuscinski. El polaco, en su libro Los cínicos no sirven para este oficio, habla sobre el buen periodismo. El título ya lo dice todo: menciona a esos 'no-periodistas' de los que he hablado en líneas anteriores, y los llama cínicos. Lo cierto es que hay mucho 'fantasma' en el periodismo (y en la sociedad), cuyo papel en la obra es el de ser Mr. Cínico. Sin embargo, esos al final no tienen recompensa, o eso quiero creer. El buen periodista debe ''ser un buen hombre o una buena mujer'' que se preocupe por los demás. El periodismo debe tener intencionalidad; en palabras de Kapuscinski: ''debe intentar provocar algún tipo de cambio''.



Jóvenes futuros periodistas, olvidemos a los desilusionadores. Larga vida al buen periodismo.

Diego Serradilla