'Lo verdaderamente
importante', gran nombre para un blog. Y más si se centra en los
temas de actualidad. El artífice de esta idea, mi buen amigo
Christian Afonso, escribe con criterio. No se le pasa absolutamente
nada: política, deportes o lo que caiga. Tengo la suerte de conocer
a grandes personas que quieren hacer algo bueno por esta sociedad y
por este país. Todos sabemos cómo nos va, no hace falta decirlo.
Cada día se ven cosas peores por la tele y uno se dice a sí mismo
'cómo está el mundo'. Hace unas semanas estuve leyendo este blog.
Tiene buena prosa, se lee con facilidad, trata temas actuales y de
relevancia y, encima, lo escribe un joven. Bueno, yo también soy
joven, de momento. Pero, qué rabia... Se dice siempre la misma
cantinela: 'los jóvenes solo van a lo suyo y no se preocupan por
nada'. No es cierto. 'Lo verdaderamente importante', el blog de mi
amigo Christian, rompe ese esquema, y su autor también. Afonso es
uno de esos jóvenes 'distintos', no hay más que verle. Los jóvenes
de hoy en día, los 'guays' o, más bien, los que se creen guays, se
centran en otras cosas, no en un blog de actualidad. Cuando he dicho
antes que mi amigo es uno de esos jóvenes 'distintos', lo he dicho
con orgullo y alegría, porque ya no se ven tipos como él. Y qué
gusto da conocer a alguien así. Chris es un gran 'hombre' y
una gran persona; en sus ojos brilla la ilusión por el periodismo.
Yo creo que algún día, ojalá dentro de poco tiempo, será uno de
los grandes, un periodista de los que ya no quedan, de los que
batallan por descubrir la verdad. Felicidades, Chris,
por este blog y por cómo escribes. Sigue así, compañero.
Tras la introducción,
vamos al lío. A partir de hoy comienza mi contribución en este
blog. Debo darle las gracias a Christian Afonso por ello. Espero no
haber parecido un 'lameculos' en la primera parte de este escrito,
pero necesitaba decirlo. Llevo varios días pensado en qué podía
escribir para el blog de mi amigo. Al final, solo me vino una cosa a
la cabeza: el periodismo. Y es que este blog se llama 'Lo
verdaderamente importante', y para mí eso es el periodismo.
Si tuviera que definir
periodismo con un sinónimo utilizaría el siguiente: contrapoder.
Pero también lo relacionaría con la palabra 'sociedad'. El
periodismo es un oficio noble e importante, pero también duro, muy
duro. Es el trabajo más importante para la democracia, pues sin él
esta no existiría y en su lugar se impondría la tiranía.
Tristemente, el periodismo no vive, ni de lejos, sus mejores años.
El periodista prototipo 'Sálvame' reina en los medios de
comunicación (televisión, radio y prensa). Permítame el lector que
sea un poco más duro. Cuando hablo del periodista 'Sálvame' me
refiero al periodista 'basura'. Es triste, porque yo, como estudiante
de periodismo, veo y escucho cosas que a veces duelen, pero que uno
debe aguantar. Uno escucha comentarios negativos sobre el periodismo,
comentarios de profesores de la carrera. Recojo algunos: ''Son
comunicadores, si no saben comunicar dejen esta carrera'' o ''Debéis
ser periodistas objetivos, sino acabarán siendo unos mierdas''. Este
tipo de comentarios, que no son de los más 'terribles' que han
llegado a mis oídos, son los que van calando en el joven estudiante
de periodismo y quebrando la ilusión por el periodismo. Y todo por
culpa de unos supuestos periodistas que en los últimos años se han
cargado esta digna profesión. Algunos desilusionadores, como los
llamaría Iker Jiménez, solo pretender romper la ilusión de los
demás, sobre todo la de los jóvenes. Y es que hay mucho 'cuervo' en el
mundo académico del periodismo, pero no queda otra que luchar contra
ellos utilizando como principal arma el entusiasmo. Esos
desilusionadores, según Iker Jiménez, ''son personas que siempre te
dicen que todo está muy mal, que tu rumbo al entusiasmo no vale para
nada''. Hay que creer en lo que uno hace y no tirar la toalla a la
primera de cambio. Aunque el periodismo pase por un mal momento, es
un oficio honorable, digno y necesario para la sociedad. El
periodismo lucha contra la opresión y tiene la función de
transformar (mejorar) la sociedad. La meta no es obsesionarte con ser
un buen periodista, la meta es adquirir experiencia para ser un buen
periodista, y eso se aprende con el paso del tiempo. Los
desilusionadores pueden guardar el hacha de guerra, porque la ilusión
de los jóvenes periodistas va más allá de cualquier barrera; sobre
todo, la de aquellos que realmente sienten en su piel el espíritu del
periodismo.
Quiero terminar
mencionando a un gran periodista: Ryszard Kapuscinski. El polaco, en
su libro Los cínicos no sirven
para este oficio, habla sobre el
buen periodismo. El título ya lo dice todo: menciona a esos
'no-periodistas' de los que he hablado en líneas anteriores, y los
llama cínicos. Lo cierto es que hay mucho 'fantasma' en el
periodismo (y en la sociedad), cuyo papel en la obra es el de ser Mr.
Cínico. Sin embargo, esos al final no tienen recompensa, o eso
quiero creer. El buen periodista debe ''ser un buen hombre o una
buena mujer'' que se preocupe por los demás. El periodismo debe
tener intencionalidad; en palabras de Kapuscinski: ''debe intentar
provocar algún tipo de cambio''.
Jóvenes
futuros periodistas, olvidemos a los desilusionadores. Larga vida al
buen periodismo.
Diego Serradilla