Lo verdaderamente importante presenta: la nueva Ley de Universidades, ya está bien de reírse de los españoles.
No es la primera vez que en este blog hablamos de una medida tomada por el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Deporte del Gobierno de España, cuyo máximo representante es José Ignacio Wert. Hoy volvemos a hablar del polémico ministro y de su nueva paranoia: el decreto-ley de Universidades que aprobará el consejo de ministros mañana, según el cual, los grados universitarios pasarían a ser de tres años, mientras que los másteres serían de dos. La entrada de hoy tratará la Ley de Universidades desde un punto de vista crítico.
El Ministerio de Educación vuelve a situarse al frente de las críticas de todos los sectores perjudicados y, además, ha sufrido un varapalo del Consejo de Estado que prevé un "plazo muy breve" para la puesta en marcha del nuevo sistema. Un sistema que consistiría en acortar la duración de las carreras (a tres años) y alargar la de los másteres (a dos años) para homogeneizar, así, la educación universitaria española con la europea, según fuentes del ministerio. Sin embargo, se ha encontrado con una férrea oposición, como ya he dicho, entre todos los sectores universitarios: los profesores de diferentes sindicatos universitarios han sido llamados a concentraciones en los rectorados de las principales universidades del país, mientras que los estudiantes se quejan de haber sido ignorados en las discusiones sobre el decreto (en las que solo participó el Ministerio).
La CRUE (Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas), los estudiantes, los sindicatos, el Consejo de Estado y las otras fuerzas políticas rechazan el cambio por distintos motivos, entre los que se encuentran la prontitud con la que se quiere llevar a cabo la reforma, sobre todo porque no se han evaluado los cambios supuestos por el plan Bolonia (del que acaban de salir los primeros graduados). Además, señalan que un cambio de este tipo supondría un "caos para la ciudadanía" si se lleva a cabo de manera gradual, es decir, si las universidades decidieran cuándo iniciar el nuevo plan. El partido socialista ya ha mostrado su disconformidad con la medida que pretende llevar a cabo el gobierno de Rajoy al "carecer del rigor necesario y un mínimo de seriedad en el diagnóstico y en las propuestas".
El CRUE, sin embargo, apoya la medida que pretende llevar a cabo el ejecutivo si se consiguieran ampliar los plazos de aplicación. Según Manuel López (su presidente), "los campus nos coordinaremos para la aplicación" si se aplazaran los cambios hasta 2017 porque "permitiría explicar bien las modificaciones sin que se produzca una situación de sorpresa y alarma en la ciudadanía y facilitaría a las universidades y las comunidades autónomas arbitrar medidas razonables para su aplicación". Los estudiantes tendrían que pagar más por la educación universitaria, ya que un año de máster extra les resultaría más caro que un año de grado (el máster cuesta, en algunos casos, el triple que el año de grado).
Está claro que este ministerio sigue su senda de reformas no pactadas con los principales perjudicados por sus medidas de bombero. Una universidad de tres años de carrera y dos de máster, no solo es más cara (y, por tanto, menos asequible para las clases más bajas), sino que además sería menos eficaz a la hora de otorgar al estudiante una educación completa que le ayude en su futuro profesional. El señor Wert debe dejar de tomar decisiones como si fuera el único ser humano que importa en el mundo universitario y empezar a preocuparse un poco por aquellos que, en definitiva, le han permitido estar donde está en estos momentos: la ciudadanía. Solo entonces podrá producir un cambio universitario que beneficie al país, en vez de ir dando palos de ciego que lo perjudican. ¿Será capaz, señor Wert?
Christian A.A.S.