lunes, 8 de junio de 2015

El peligro de no vacunar

Lo verdaderamente importante presenta: ¿vacunar o no vacunar? He ahí la cuestión

Un niño de seis años está ingresado, en estado grave, en el hospital Vall d'Hebron de Barcelona para ser tratado de la enfermedad de la difteria. Se trata de un mal causado por una bacteria que puede ser evitado a través de la vacunación precoz, y que no se daba en nuestro país desde hace casi tres décadas. Hoy en el blog vamos a hablar de la importancia de vacunar a nuestros hijos desde pequeños para evitar que contraigan este tipo de enfermedades. 



El pasado día 30 de mayo, el menor, perteneciente al municipio gerundense de Olot, fue trasladado a la Unidad pediátrica de Cuidados Intensivos del Vall d'Hebron en estado crítico al descubrirse en su cuerpo la bacteria que causa la difteria, según informa El Mundo. Los últimos casos, continúa el diario, datan de 1986, ya que el tratamiento con vacunas de esta enfermedad está muy avanzado y es bastante fiable. Sin embargo, el niño no había sido vacunado por sus padres quienes son de la corriente de la medicina alternativa, por lo que la bacteria ha podido dañar su organismo. Esta enfermedad provoca la aparición de unas pseudomembranas que se adhieren a las superficies mucosas del sistema respiratorio, digestivo o nervioso del afectado, pudiéndole perjudicar las amígdalas, la garganta, la nariz, el miocardio o las fibras nerviosas (Fuente: Wikipedia). Tras más de una semana, el joven sigue estable dentro de la gravedad y parece no responder como se esperaba al medicamento que se le ha suministrado (y que tuvo que ser traído desde Rusia). La Consejería de Sanidad de la Generalitat catalana ha recluido en sus hogares a ocho compañeros de clase del paciente que eran portadores de la bacteria pero que no se han aquejado la enfermedad por estar vacunados; uno de ellos es, presumiblemente, el que transmitió la enfermedad al menor ingresado. 

 Hospital Vall d'Hebron, Barcelona. Fuente: Wikipedia

Tras este caso, claramente aislado aunque cada vez más habitual, la vacunación de la difteria ha aumentado en un 23% en la comunidad catalana y la Consejería de Sanidad ha aumentado la financiación de vacunas (la del meningococo y la de la varicela) que no reciben ayuda alguna en ninguna otra comunidad. Esto parece destacar la importancia de vacunar a los niños y niñas desde una edad temprana para evitar que este tipo de enfermedades se conviertan en un problema de salud pública. Sin embargo, ¿es factible obligar a la vacunación? Este debate ha vuelto a surgir tras el caso de difteria del niño de Olot que, como ya dije, no había sido vacunado.

El no vacunarse no solo afecta a la persona que decide no hacerlo, sino también a su entorno más cercano (y al que no lo es tanto). Cualquier portador de una enfermedad infecciosa puede transmitirla a personas sanas y causar epidemias difíciles de controlar. Se considera que el acto de vacunarse constituye una externalidad positiva, ya que con dicha decisión se está mejorando la convivencia de una comunidad. Aun así, nada se puede hacer contra la determinación de unos padres a no vacunar a sus hijos, puesto que esta no es obligatoria, ni debería serlo. No porque quiera producir una infección en cadena de cualquier enfermedad, sino porque imponer a estas personas que vacunen a sus hijos puede generar respuestas contraproducentes. La libertad de elección está garantizada por nuestra Carta Magna, por lo que se estaría cometiendo un grave atentado contra la constitucionalidad de las decisiones parentales. Por tanto, queda claro que la coerción no es el camino: la mayoría de profesionales médicos prefieren la recomendación.

 Fuente: conmishijos.com

No es adecuado abrir el debate de si debemos o no implantar la vacunación como algo obligatorio, sino que es necesario preguntarse por qué han surgido movimientos contrarios a ella. Como dice este editorial de "El País": "Estas corrientes surgieron a raíz de estudios que alertaban sobre los supuestos efectos adversos de las vacunas" que, aunque fueron desmentidos, hicieron "germinar" la semilla de la desconfianza a lo que se añade "el miedo y la desinformación" que han superado a la evidencia científica. Lo primero que se debe hacer es despenalizar la vacuna: vacunar es proteger, tal y como reza este editorial. Eso sí, y en contra de lo que afirma, no podemos dejar recaer sobre los hombros de los progenitores toda la culpa de esta desgracia, puesto que ellos, igual que otros muchos por todo el planeta, solo son víctimas de campañas bien montadas sobre argumentos totalmente falaces. Ellos mismos se apenaban el pasado viernes del engaño que sufrieron por parte de los grupos antivacunas. 

La vacunación es completamente necesaria en nuestra sociedad actual. Han sido muchas las penurias que, a lo largo de los siglos, han sufrido los seres humanos por culpa de enfermedades que hoy, gracias a las vacunas, son meros trámites. Sin embargo, imponer la vacunación es una idea que, lejos de mejorar la situación actual (que ya es muy buena), solo provocaría un enfado colectivo sin parangón. No nos tenemos que preguntar si el Estado debe obligar a vacunarnos, nos tenemos que preguntar si estamos siendo lo suficientemente buenos a la hora de informar sobre las consecuencias positivas del acto de vacunarnos. 
Christian A.A.S.
@ChrisAfonSan