viernes, 5 de junio de 2015

Especial Autonómicas (II): la corrupción como eje

Lo verdaderamente importante presenta: la plaga de la corrupción amenaza al PP

Como ya hablamos en este blog, las autonómicas y municipales del pasado 24 de mayo dejaron un nuevo panorama político cargado de inestabilidad, pero que puede traernos un futuro más limpio y brillante en nuestra política nacional. Se decidió desalojar del poder absoluto a un partido que, en los últimos tiempos, ha perdido toda su credibilidad: el Partido Popular. Hoy en el blog hablamos de la corrupción y de cómo amenaza con acabar con el partido del Gobierno. 



Tanto en El Mundo como en El País se han hecho eco de la noticia que saltaba en la mañana de ayer: Salvador Victoria y Lucía Figar (los que, hasta ahora, eran consejeros de Presidencia y Educación de la Comunidad de Madrid, respectivamente) presentaron su dimisión. Una renuncia que fue motivada desde la propia dirección nacional del partido, según afirma El País, a petición de Cristina Cifuentes ya que desde la presidencia autonómica (Esperanza Aguirre) se negaban a hacerlo. Victoria y Figar son, por tanto, las primeras víctimas del escándalo de Púnica bajo el mandato de Cifuentes y se convierten, a su vez, en los primeros mártires para lograr el apoyo de Ciudadanos en el Parlamento autonómico. Un pacto poselectoral que, a pesar de ello, todavía no está asegurado al exigir nuevas reformas más profundas el partido liderado por Albert Rivera. Nadie dijo que el panorama de después del 24-M fuera fácil.

 Mariano Rajoy, presidente del Gobierno y del PP.

La trama Púnica ha ido destrozando al Partido Popular en la comunidad de Madrid, uno de sus feudos más importantes durante los últimos 25 años. Los continuos escándalos han ido mermando, poco a poco, las posibilidades de reconquistar Madrid y, como si no fuera poco, han hecho que los viejos y nuevos partidos políticos no quieran saber nada del PP. La corrupción ha empañado, con razón, la imagen de un partido de elitistas que buscaban seguir siéndolo a costa de un "servicio ciudadano". Suben los impuestos y privatizan los servicios públicos fundamentales para conseguir sacar algo de la saca y llevárselo a sus bien montados paraísos fiscales en Suiza, Barbados o las islas Caimán. Lo mismo les ocurre en la Comunidad Valenciana, donde llevaban gobernando desde tiempos inmemoriales y donde les han dado una soberana paliza en las urnas, tanto en la Generalitat como en la ciudad de Valencia. Y no fue hasta este momento que el PP comenzó a entender lo que estaba sucediendo y lo que tenía que hacer para limpiar su honor (tarea harto difícil). 

 Bandera de la Comunidad Valenciana. Fuente: WikiPedia

El Partido Popular lo va a tener muy complicado para gobernar en las comunidades autónomas, a pesar de haber salido victorioso en muchas de ellas. Sin embargo, la responsabilidad de tal debacle es toda suya: demasiado tarde están intentando recomponer su marchita imagen de partido corrupto y excesivamente blando en las resoluciones adoptadas en contra de sus imputados (perdón, investigados). La formación conservadora va a necesitar algo más que supuesta buena fe para recuperar el terreno perdido y, lo que está claro es que no lo va a conseguir en estos próximos cuatro años desde los gobiernos, sino desde la oposición. El futuro dirá.
Christian A.A.S.
@ChrisAfonSan