Lo verdaderamente importante presenta: el ciclón político tras el 24-M, ¿oportunidad de cambio?
El domingo 24 de mayo se produjo un cambio de rumbo en la política nacional de nuestro país. Un ciclón dio un giro de 360 grados a la inmensa mayoría de municipios de España y a las 13 comunidades autónomas que elegían a su presidente. Pero, ¿es realmente cierto? ¿Se ha producido un verdadero giro de 360 grados en la política española? ¿Son los buenos resultados de Podemos y Ciudadanos algo de lo que sentirse orgullosos? Hoy en el blog hablamos del panorama político español tras el 24-M.
Lo que no podemos negar es que la gente acudió a votar el 24-M con una ilusión: cambiar el rumbo antidemocrático que había ido cogiendo el país. Fueron muchos los ciudadanos que dieron un paso al frente ese domingo y decidieron sumar sus fuerzas para derrocar a un estilo de hacer política: el corrupto. El Partido Popular, tras sus numerosos escándalos, se vio aupado de la mayoría de asientos de poder, tanto en los parlamentos autonómicos como en los plenos municipales. Aún así, volvió a ser el partido más votado en unos comicios electorales (y ya va la cuarta vez consecutiva que ocurre). Por tanto, me veo en la obligación de afirmar que ese cambio ansiado se ha quedado a medio camino. Sí, es verdad que el PP ha perdido más de un tercio de sus apoyos electorales; sí, es verdad que también tendrá muy complicado gobernar en muchas comunidades autónomas; y sí, también es cierto que en las ciudades importantes han sufrido serios batacazos. Sin embargo, se le ha dado un motivo para sentirse orgulloso, aunque no sirva para nada: "hemos ganado las elecciones de este 24 de mayo".
Los claros vencedores de esta situación fueron Podemos y sus marcas locales (todas las amalgamas políticas conocidas con nombres como "Sumando", "Ahora" o "Ganemos") y, en menor medida, Ciudadanos. El claro derrotado (sin contar al PP, puesto que estaba tremendamente feliz por haber ganado las elecciones) es el PSOE que también sufrió un serio varapalo. A pesar de ello, el partido de Pedro Sánchez podría convertirse en el principal actor de las comunidades autónomas y de muchos municipios importantes si consigue el apoyo de otro partido que, contra todo pronóstico, parece ser Podemos. Y es que, dejando atrás su discurso anti-casta que le ha dado la fama, la formación liderada por Pablo Iglesias ha decidido dar su apoyo a los socialistas para conseguir "desbancar al PP de las instituciones". Sí, aquellos que aseguraban no querer pactar con la casta política que nos había traído a esta situación afirman ahora que desean echar a los conservadores y que, para ello, es necesario unirse con la otra parte de la casta, los socialistas.
Pero, ¡eh!, que seguimos defendiendo nuestro discurso. Por eso, donde no tengamos por qué contar con el PSOE, pactaremos con cualquier formación política, que no sea de derechas ni de "pijos", y que nos permita gobernar la nueva ola de la política. Incluso si es la izquierda abertzale (o EH Bildu), tal como afirma El Correo en su edición de hoy. Si se me deja dar una opinión, cinismo puro y duro. Pero lo peor no es que los candidatos de la marca Podemos deseen pactar con estos partidos, sino que sus propios votantes lo vean con buenos ojos. Aquellos indignados con la situación de corrupción de los dos principales partidos de nuestro país que decidieron unirse a la formación violeta porque era la garante de una nueva generación más limpia y transparente, ahora están completamente de acuerdo con que se unan a uno de esos partidos. Porque, claro, tal y como afirmaba ayer Juan Carlos Monedero, "no son lo mismo los militantes y votantes del Partido Popular que los del Partido Socialista".
A pesar de todos sus defectos, Ciudadanos ha seguido manteniéndose firme a este respecto. A pesar de afirmar en todo momento que tras las elecciones se dispondrían a dialogar con aquellos partidos que consideraran oportunos (no como Podemos que negaba cualquier pacto), el partido de Albert Rivera no ha suscrito, por ahora, ningún pacto del que pueda sentirse avergonzado. Ciudadanos se ha limitado a poner líneas rojas para poder llegar a acuerdos que, en ningún momento, se basarían en entrar en ningún gobierno autonómico o local en el que no hayan resultado ser la fuerza más votada. En eso, han ganado a su principal rival electoral.
Tras el 24-M, la situación política de España se ha enrarecido y se ha complicado hasta niveles insospechables. En algunos lugares, se van a conformar difíciles alianzas a tres que solo buscan desbancar del poder al PP y que amenazan con una gran inestabilidad política. En otros, la amenaza llega hasta el punto de poder llegar a convocar elecciones nuevamente. Solo el tiempo dirá si los españoles hemos elegido bien a nuestros candidatos, pero lo que está claro es que se avecina tormenta.
Christian A.A.S.
@ChrisAfonSan