miércoles, 17 de junio de 2015

La indecencia de Hungría

Lo verdaderamente importante presenta: barreras para evitar la inmigración, ¿dónde han quedado los valores éticos?

En los últimos tiempos, un fenómeno se ha convertido en la principal preocupación de la Unión Europea, más allá de la crisis económica o de la crisis griega. Ese fenómeno es la inmigración ilegal. Decenas de miles de personas han entrado en nuestro continente en lo que va de año, una cantidad que supera con creces las cifras de años anteriores. Cada país trata de solventar este problema con diferentes medidas, incluida la construcción de vallas en las fronteras nacionales más conflictivas. Hoy en el blog hablamos de la ética de dichas soluciones. 


Precisamente hoy, salía a la luz una noticia desalentadora en relación a la inmigración. El ministro de Asuntos Exteriores de Hungría, Péter Szijártó, anunció esta mañana, frente a decenas de agencias internacionales, que su país estaba iniciando los preparativos para construir una valla de alambrado metálico a lo largo de los 175 kilómetros de frontera con Serbia. Dicha mole tendrá cuatro metros de altura y tratará de evitar la penetración de inmigrantes ilegales a suelo húngaro. En declaraciones recogidas por El Mundo, Szijártó afirmó que "Hungría no puede esperar más", ya que es el país más afectado de todo el continente por esta llegada masiva de refugiados procedentes de Oriente Medio y de Kosovo. Según la Oficina de Inmigración Húngara, cuyos datos se publican en El País, hasta 57.000 ilegales han entrado en el país en lo que va de año, lo que supone un aumento de más de 14.000 personas con respecto al mismo período del año pasado y de más de 55.000 si nos remontamos al 2012. 

 Péter Szijártó, ministro de Asuntos Exteriores de Hungría. Fuente: Wikipedia

La valla, que según el ministro no es contraria a ninguna normativa internacional, es solo la cúspide del gran iceberg de la xenofobia del gobierno conservador nacionalista húngaro. El gobierno presidido por Viktor Orban ya se ha situado en el centro de la polémica con otras medidas que quieren "evitarle [a Hungría] el multiculturalismo". Entre ellas se encuentra un cuestionario que se pasó a los habitantes del país para pedirles su opinión sobre la inmigración ilegal. En el mismo, aparecían un sinfín de cuestiones que incitaban a relacionar este fenómeno con el terrorismo. Son muchas las ONG que la han denunciado por este motivo. Como si no fuera poco, se ha lanzado, desde las altas esferas, toda una campaña orquestada en torno a carteles "informativos" que han sido colocados por toda la geografía nacional en los que se pueden leer consignas como "Si vienes a Hungría, tienes que respetar nuestras leyes" o en los que se advierte a los extranjeros que no podrían quitarle el trabajo a los húngaros. 

 Cartel de la campaña xenófoba de Hungría en la que se puede leer "Si vienes a Hungría, tienes que respetar nuestras leyes". Fuente: El País

Hungría se justifica en las vallas construidas en países como Grecia o Bulgaria, ambos socios de la UE, afirmando también que "ciudades españolas en el norte de África se defienden así frente a la presión migratoria". Para una cosa en la que damos ejemplo y tiene que ser de este modo tan inmoral. No es la primera vez que Hungría trata de desobedecer los principios éticos de la Unión Europea y, por lo que estamos viendo, no parece que vaya a ser la última. Bulgaria ha recibido multitud de críticas por su decisión, tanto de las Naciones Unidas, como de organizaciones privadas sin ánimo de lucro. Al primer ministro húngaro no tardarán en lloverle las críticas, con motivo, por su penosa decisión que puede dañar seriamente la imagen de Europa como un continente de oportunidades para los refugiados e inmigrantes de todo el mundo. El día en que, al fin, podamos ver que la inmigración no es un problema sino una oportunidad, nuestro planeta será un lugar mucho mejor y más tolerante. 
Christian A.A.S.
@ChrisAfonSan