Lo verdaderamente importante presenta: victoria de Netanyahu en las elecciones israelíes, derrota de los palestinos.
En la madrugada de este miércoles, 18 de marzo, nos llegaba la noticia de que Benjamin Netanyahu había vuelto a ganar las elecciones legislativas de ayer. Se dispondrá, por lo tanto, a un cuarto mandato tras dar un giro a la derecha al final de la campaña. Hoy en el blog hablamos de la victoria electoral del primer ministro y de cómo afectará esto a las relaciones con Palestina.
Fuente: banderas-mundo.es
Tras una campaña atípica para la derecha israelí, Benjamin Netanyahu ha conseguido una importante, y sorprendente, victoria en la cita electoral que le da, en palabras de El Mundo, una de las noches más gloriosas de su carrera política. Mientras, El País destacaba que el primer ministro ha derrotado a las encuestas. Unas encuestas que le situaban hace cuatro días en una posición delicada, cuatro escaños por debajo de su principal rival, la Unión Sionista de Herzog (centroizquierda) y que, incluso a pie de urna, auguraban un empate técnico entre ambas fuerzas, pero nunca una victoria tan holgada del derechista. Al final, 30 escaños para el Likud (partido de Netanyahu) y 24 para la US. Este último periódico destaca la representación que ha conseguido en las urnas la Lista Conjunta Árabe-judía (14 diputados), al igual que (por motivos contrarios) la obtenida por el izquierdista Meretz (solo 4 escaños).
El vencedor de los comicios se dispone a formar un gobierno conservador de coalición que aunará hasta 6 fuerzas políticas: Hogar Judío (ultranacionalista), Kulanu (centro), Israel Beitenu (derechista), Shas (ultraortodoxo), Judaísmo de la Torá (ultraortodoxo) y el propio Likud (centroderecha). Entre todos obtendrán la mayoría necesaria de 61 diputados en la cámara de representación israelí, la Knesset. Todos los medios destacan el vuelco derechista del programa del partido de Netanyahu en los últimos días, tras verse superado por su rival laborista. El primer ministro endureció su discurso hasta el punto de poner la seguridad del país por delante al afirmar que si ganaba, vetaría la formación de un Estado palestino. Por lo tanto, quienes realmente pierden hoy no son los laboristas de Herzog, sino los palestinos, otra vez.
Parlamento israelí. Fuente: «Knesset in Jerusalem Israel». Publicado bajo la licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons
A pesar del resultado tan bueno obtenido por la lista Árabe-judía, los palestinos no pueden sentirse contentos con el vuelco que ha dado el panorama tras la victoria de Netanyahu, después del clima de optimismo con el que se habían acogido las encuestas. Sobre todo cuando tu máximo rival te ha usado como herramienta para lograr la victoria final. El País señala los principales retos que se va a encontrar el próximo primer ministro, entre los que se encuentran garantizar la seguridad del país, solventar la cuestión palestina y disminuir la desigualdad económica y social. Y es que la cuestión palestina se ha enquistado en el día a día del gobierno de Israel. El proceso de paz, paralizado desde hace un año, ha perdido fuerza y vigor desde que llegara Netanyahu al poder y parece que no va a dar visas de mejorar. El duelo entre la Autoridad palestina y Jerusalén ha vivido momentos de máxima tensión el pasado verano con la ofensiva israelí sobre la franja de Gaza, a partir de la cual los líderes palestinos decidieron entrar en acción llevando a cabo una especie de "intifada diplomática" con la que lograr el reconocimiento de organizaciones internacionales y de países. Y lo ha logrado, ya que su inclusión como país observador en la Asamblea General de las Naciones Unidas o el reconocimiento del estado palestino por muchos gobiernos de todo el mundo, entre ellos el español, ha perturbado al gobierno israelí que, como represalia, ha suspendido la transferencia de los tributos que recauda en nombre de Ramala.
Netanyahu tiene la oportunidad de redimirse en este conflicto. Los palestinos viven horrorizados sabiendo que, en cualquier momento, desde el país vecino se le puede bombardear. Los líderes palestinos ya han dado un paso adelante, importante y certero, que puede hacer que la balanza termine inclinándose a su lado. Jerusalén está solo (solo Washington y Teherán le apoyan). Un tiempo nuevo puede abrirse tras estas elecciones en territorio israelí. La victoria de Netanyahu no es definitiva y todavía podría gobernar un sólido bloque de fuerzas izquierdistas que mejoren la delicada situación de las relaciones palestino-judías. El tiempo lo dirá.
Christian A.A.S.