jueves, 12 de febrero de 2015

España y Grecia, crisis en el sur de Europa

Lo verdaderamente importante presenta: España y Grecia, crisis en el sur de Europa

Fernando Broncano, Germán Cano y Pablo Simón fueron los tres profesores universitarios que asistieron a la mesa redonda celebrada ayer en el auditorio Palmira Plá de las residencias universitarias de la Carlos III, a la que yo pude asistir. El título de la misma fue: "España y Grecia, crisis en el sur de Europa" y, en ella, se debatió la situación que vive, ahora mismo, el continente europeo, sobre todo tras la victoria de Syriza en el país heleno. Hoy en el blog hablamos de cómo marchó ese coloquio.


El primero en tomar la palabra fue el catedrático de Filosofía de la Ciencia de la Carlos III, Fernando Broncano, quien puso en contexto la situación que vive Europa en estos momentos. El profesor destacó que en el sur de Europa, la crisis provocó una sensación de malestar general que se tradujo en una mayor predisposición a conocer la verdad. Precisamente, ese afán por llegar a la evidencia hace surgir los movimientos y los partidos políticos que están poniendo en jaque al "establishment" (como les gustó decir a los participantes) europeo. Afirmó que afecta, fundamentalmente, a dos generaciones: por un lado, la generación de los menores de 35 años que son los que más sufren la actual situación de bancarrota; por otro, la generación de "los abuelos", tal como la calificó el propio Broncano, que sabe lo que es vivir en la dictadura y lo que se perdió durante la Transición Democrática, y que ahora nos gustaría recuperar.


El segundo en tomar la palabra fue el profesor de Ciencias Políticas Pablo Simón, también de la Universidad Carlos III, aunque en calidad de Visitante. Simón basó su alocución en la respuesta a tres preguntas: ¿Es la situación política y social igual en España que en Grecia?, ¿hemos superado los virajes que se están dando en la UE? y ¿qué puede hacer Syriza y Tsipras por Grecia? A la primera pregunta respondió con cautela. Según Simón, los elementos externos que asemejan a nuestro país con el heleno son el shock proveniente de la mala realización de la Unión Europea, que no se fundamenta en la igualdad de todos los países; la actuación de la "Troika" (FMI, Comisión Europea, BCE) que no ha sabido mejorar la situación económica de ambos países; los problemas de corrupción que sacuden los dos territorios (en el caso español una corrupción política, en el heleno una corrupción de lobbys económicos que han establecido relaciones de clientes con los grandes dirigentes del país); la presión sobre el sistema de partidos a los que ambas naciones están sometidas; y los sistemas electorales restrictivos que favorecen a los vencedores y debilitan a los más modestos (afirmó que en el caso de España, el sistema electoral es una auténtica obra de orfebrería; mientras que en el caso griego, es bastante burdo). Además, con respecto a Grecia también habló del problema de los gobiernos de coalición que han debilitado fuertemente a algunos partidos como el PASOK (partido socialista) a quien se le culpa de dejar de lado sus principios y sumarse a la marea austera impuesta por su aliado gubernamental (el partido conservador). No obstante, Simón puntualiza que las crisis no son iguales en ambos países: afirma que, aunque en Grecia es mayor (178% del PIB anual griego, frente al 90% del PIB español), en España la desigualdad producida por la crisis ha sido mayor y más rápida.

 Pablo Simón

A la segunda pregunta, el profesor respondió lanzando otra pregunta: ¿estamos satisfechos con lo que ha conseguido la Unión Europea? Sin lugar a dudas, dijo, "los socialdemócratas tendrán más dificultades a la hora de responder a esta cuestión". Para él, la respuesta a la pregunta nos llevará a vislumbrar si se han superado esos virajes, típicos en la UE. A la tercera pregunta, respondió diciendo que era necesario que Europa dejara hacer a Tsipras y sus ministros. El paquete de reformas para Grecia que está pendiente de votación en el Parlamento Europeo (para los últimos días de febrero) podría marcar el futuro del país heleno en la Unión: si ese paquete es rechazado, podríamos estar hablando de la marcha de Grecia de la UE. Por ello, abogaba por un acuerdo intergubernamental e intermedio en el que, tanto Grecia como la Unión Europea, tendrían que renunciar a algunos de sus principios porque, afirma Simón, la salida de Grecia no es viable para nuestra unión económica y monetaria. Utilizando la teoría del prisionero, explicó que esto solo supondría el reconocimiento de la debilidad del euro como galante de las relaciones económicas a nivel continental. Acabó su intervención con una sentencia firme: Syriza puede hacer grandes cosas por su país.


El último ponente en intervenir fue el profesor de Filosofía de la Universidad de Alcalá de Henares y miembro del Consejo Ciudadano de PODEMOS, Germán Cano. Como él mismo dijo, su discurso iba a ser una especie de obra impresionista en la que improvisaría los términos en los que se iba a mover. Para empezar, lanzó una pregunta: ¿cómo ser sensible a lo nuevo? El 15-M, dijo, fue un movimiento tectónico que se alejó de la situación socio-política del 78. Recalcó, además, las diferencias entre Syriza y PODEMOS, tanto en su formación como en su forma de gobernar, aunque admite que la victoria de Syriza les da una ilusión renovada. De esta victoria, explica que ha hecho cambiar en la UE lo que antes era inflexible, el poder establecido. Reconoce, al igual que Pablo Simón, que Europa necesita un acuerdo para solventar la situación con Grecia y habla en términos de cesión. El futuro pasa por más Europa, por renegociar la deuda: propone una especie de "New Deal" para el continente. Centrándose en el partido al que representa, Cano sentenció que "PODEMOS no es solo desafección, sino también la capacidad de generara ilusión y confianza en el futuro". Describió a Tsipras como un republicano tradicional en cuanto a su ideología y pensamiento y también puntualizó que Grecia no es España, a pesar del mantra constante del PSOE, primero, y del PP, después, para dar sentido a las políticas austeras que tuvieron que llevar a cabo para sacar al país de la extremadamente delicada situación que vivía.  Acabó afirmando que la victoria de Syriza supone la constatación de que una política de ilusión puede poner límites a la política del miedo que lleva a cabo el "establishment".

 Germán Cano

Se abrió luego el turno de preguntas de los allí reunidos. A la pregunta de si la victoria de Syriza podría afectar a PODEMOS, Simón dijo que, en su opinión, suponía un serio contratiempo para el partido de Pablo Iglesias. El motivo que dio fue que la población española iba a estar muy atenta de las medidas que tomará el gobierno de Syriza en Grecia y cómo son respondidas desde la Unión Europea. Mientras, Cano explicó que la lucha que se abre va a enfrentar a Alemania con el resto de Europa, y que esta lucha mostrará la capacidad de Tsipras para arrastrar a su lado a otros gobernantes con el fin de lograr un cambio en las políticas económicas de la UE.


Luego, me tocó preguntar a mí. Mi duda iba encaminada a los posibles problemas que surjan con un sistema tripolar parecido al que se encamina España. Pabló Simón fue cauto y dijo que habría que esperar al futuro para ver cómo evoluciona la situación, pero afirmó que no cree en un sistema de tres partidos, sino en un renovado bipartidismo que puede cambiar las bases sobre el que se asienta el actual. Me explicó que un PSOE como tercera fuerza es un PSOE que cavaría su propia tumba política, tal y como le ha pasado, recientemente, al movimiento cinco estrellas de Beppe Grillo. También afirmó que este sistema tripolar solo genera más inestabilidad y que no es sostenible en el medio plazo. Mientras, Broncano habló de que, este sistema de tres partidos, podría inaugurar nuevas posibilidades sociales para el país, al destronar a un bipartidismo anquilosado que ya no hace bien a nadie. Mi segunda pregunta fue cómo podría PODEMOS convertir la desafección de sus votantes en esa ilusión por el futuro de la que hablaba Cano. El aludido me respondió diciendo que es necesario despsicologizar el discurso de indignación, es decir, hacerle ver a la gente que, una vez lograda la movilización, de que es hora de trabajar juntos en una política que a todos beneficie. A esto se llega, me explicó, con una mayor participación del ciudadano en las medidas.


Sin lugar a dudas, la tarde de ayer fue muy fructífera y doy gracias por estar en la Universidad porque me brinda estos debates que deberían interesar a todas las personas. Agradezco, también, la amabilidad y buen hacer de los tres ponentes y de todos los que participamos en la mesa redonda.
Christian A.A.S.