Lo verdaderamente importante presenta: el falso alto el fuego en Ucrania, ¿es el fin de la unidad del país del Este?
Se había llegado a un acuerdo para un alto el fuego entre los dos contendientes (Rusia y Ucrania), Francia y Alemania. Se suscribió la pasada semana, hace escasamente seis días. Cinco tardaron los separatistas en mandarlo al traste. Ayer, era tomada la ciudad ucraniana de Debáltsevo, entre las regiones prorrusas de Donetsk y Lugansk. Los cerca de 3.000 soldados ucranianos que aun quedaban en la metrópoli tuvieron que huir ante el cerco de sus rivales que ya habían aniquilado a otros 3.000. Hoy en el blog hablamos de la delicada situación en el país del este de Europa.
La situación actual del país dista mucho de la supuesta paz que acompaña a una declaración de alto el fuego. Las tropas de ambos bandos se echan las culpas mutuamente a la hora de explicar el motivo por el cual se ha ignorado dicho pacto. Los prorrusos afirman que, hasta que no cesen los disparos sobre las zonas ocupadas, no retirarán los carros pesados que tienen desplazados por todo el sur del país. El ejército ucraniano clama contra sus rivales por haber ocupado la ciudad de Debáltsevo a pesar de encontrarse en control ucraniano durante el alto el fuego. Aun sin saber quién tiene la razón, porque admitamos que este conflicto está lejos de poder entenderse por cualquiera que no esté inmerso en él, está claro que se ha vulnerado un tratado internacional y que ello tendrá repercusiones a escala mundial.
Ni Putin, ni Poroshenko han puesto algo de su parte para intentar acabar con el clima de inestabilidad que se respira en toda la parte oriental del país. En las negociaciones de la semana pasada, ninguno dio su brazo a torcer, anclados en sus respectivas posiciones. Impertérritos, han presenciado los últimos meses del conflicto, el cual se ha recrudecido y ha puesto en peligro la integridad de los ciudadanos ucranianos. ¿Qué clase de presidente que se considere democrático deja de lado a sus habitantes? De Putin nos lo esperábamos, pero de Poroshenko no. Porque, al fin y al cabo, la guerra se desarrolla en el territorio gobernado por este segundo, no por el presidente ruso. Tras la desgracia del vuelo MH17 (del que hablamos en el blog), creía que la situación iba a calmarse. Nada más lejos de la realidad.
No está cerca el momento en el que ambas partes se sienten a negociar y lleguen a un acuerdo de mutuo beneficio. Rusia se ha inmiscuido en un asunto que no le atañe, por mucho que ellos lo vean como parte de su gobernanza. Ucrania no ha sabido controlar la situación, que ya desde la primavera del año pasado, se le había escapado de las manos. Al final, quien lo está pasando mal no es ni Putin, ni Poroshenko, ni Merkel, ni Obama, sino todos los habitantes que, cada día, se ven sorprendidos por bombardeos y tiroteos en la puerta de su casa. Por ellos y no por los intereses imperialistas o soberanos, los presidentes de ambos países deben sentarse de una vez y solucionar un conflicto que está destrozando la vida de muchas personas. Que a Putin se le bajen los humos y que a Poroshenko le den una tila para manejar sus nervios. Solo así, podremos asistir a una resolución final que satisfaga a todas las partes (implicadas y no).
La Unión Europea y la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) ya han mostrado su malestar por la escalada del terror en el este ucraniano. De igual manera, han elevado sus tonos a la hora de criticar al gobierno ruso por la situación que se está viviendo ahora mismo. Si ese acuerdo del que hablo no se consigue pronto, se corre el riesgo de que se cree un conflicto internacional en el que se vean involucrados más personas inocentes de diversos territorios (ya no solo ucranianos). Ya lo he dicho, no es cuestión de intereses imperialistas, sino de personas. PER-SO-NAS. Digo yo que alguno de estos mandamases lo entenderá.
Christian A.A.S.